El Método Montessori está de moda, pero no por ser una tendencia entre las familias y los medios, sino porque se confirma cada vez más mediante la pedagogía, la psicología y otras ciencias y saberes, la certeza de los postulados propuestos por la doctora María Montessori, los cuales llevan más de 100 años representando un enorme peso en el conocimiento pedagógico actual.
La academia, la filosofía y la espiritualidad son parte fundamental de Montessori, es por ello, que el Método, más que un modelo teórico, también es una forma de vida, que de adoptarse, garantiza una mirada diferente del mundo, una lectura de paz, armonía y respeto, por los demás y por el planeta.
Montessori ha sido nombrada a través de la historia como la pedagogía del amor y la educación para la paz. Sigue leyendo, que te contaremos por qué
- Se respeta el ritmo de los niños: es cierto que existen indicadores que sugieren el momento adecuado para desarrollar ciertos aspectos durante la infancia, pero no todos somos iguales. De alguna manera es arbitrario, pretender que alguien a los 3, 5, 18 años debe dominar o lograr algo en particular. Más bien, hay quiénes están listos para sumar a los 4 años, otros a esa edad, serán los mejores trepadores de árboles, manifestando un absoluto dominio motor que se los permite, tal vez, a los 6 estén listos para sumar. O a los 8. Reconocer que existen diferencias, permite a los niños aprender otras cosas para las que si están listos, es una actitud de respeto y confianza de que lo lograrán, de hecho, existe una gran posibilidad de que cuando su desarrollo cognitivo esté listo, aprendan mejor y más rápido.
- El ambiente preparado: el salón, como se le conoce tradicionalmente al espacio físico en el que se aprende, es un ambiente preparado para satisfacer las necesidades de los niños en los diferentes planos de desarrollo (niñez, infancia, adolescencia y juventud), las necesidades son físicas, cognitivas, espirituales y sociales. Por ello, el ambiente preparado debe estar dotado del material necesario para satisfacer dichas necesidades.
- Preparación del Guía: en palabras de Claudia Guerrero (Directora y fundadora de Montessori de Metepec y Entrenadora Internacional AMI), la preparación del Guía es fundamental, «se les prepara, científica, técnica y espiritualmente para poder acompañar a los niños en cada etapa de su vida». El guía debe ser un observador nato para poder saber cómo guiarle y qué retos darle para su desarrollo social y académico. Además, el Guía es quien convierte a un simple salón, en un ambiente cálido, humano, bello y que invite al niño al trabajo y lo estimule.
- Edades mixtas: en las escuelas Montessori los grupos de niños son de edades mixtas, esto quiere decir, que hay 3 diferentes edades en cada nivel, esto desalienta la competencia y fomenta el compartir entre unos y otros, los niños mayores estimulan a los pequeños, se convierten en modelos positivos para seguir e imitar, mientras que los grandes trabajan valores como la paciencia, la tolerancia y el compañerismo. También se potencializa el desarrollo de habilidades sociales.
- Libertad e independencia: uno de los objetivos de las escuelas Montessori, es que los niños sean independientes, que actúen, elijan, piensen, descubran por sí mismos. Para que a futuro puedan ser ellos mismos. Por ello, los niños toman decisiones dentro de las escuelas Montessori, decisiones como: en qué quieren trabajar, con quién y con qué material. Son libres de moverse y expresarse.
- Movimiento: el celebro humano es plástico, para aprender, necesitamos estar en movimiento. Las escuelas tradicionales pelean con el libre movimiento de niñas y niños, mientras que las escuelas Montessori fomentan el movimiento con propósito, como decía la doctora Montessori «la mano es el instrumento de la inteligencia».
- La excelencia académica: no es el memorizar y dominar conceptos. Es apelar a otras facultades superiores como la razón, el análisis, la observación, reconocer y aprender del error. En Montessori, son los propios niños quiénes descubren las verdades de la ciencia, puesto que trabajan con material concreto que los lleva a comprender conceptos abstractos. En Montessori, la ciencia no es algo de lo que hablan los profesores, es algo tangible que experimentan todos los días.
- Alimentación saludable: la doctora Montessori era médica, por lo que conocía la importancia de la salud física de los niños, siempre habló de que los niños debían tener una dieta balanceada. En Montessori de Metepec, nuestro colegio, no encontrarás refrescos ni comida chatarra, sino agua de frutas (realizada por los niños), frutas, verduras y alimentos balanceados.
- Arte, ciencia y cultura: el arte como expresión humana, está integrada en los ambientes Montessori, con diferentes materiales y técnicas para que los niños estén cerca en el momento que quieran. Mientras que la ciencia, es una vivencia tangible de todos los días, mediante experimentos, observación, trabajo con la tierra, en el huerto, en el invernadero, entre otros.
- Orden y disciplina: la disciplina es una consecuencia de la dinámica del ambiente preparado, cada niño se hace responsable del material con el que trabaja, de cuidarlo, de regresarlo al lugar que le pertenece. Mientras que al contrario de lo que se cree falsamente, en las escuelas Montessori, los niños trabajan en silencio, de manera ordenada, de manera individual o en grupos pequeños.
- Habilidades para la vida: recientemente invitamos a Steve Hughes, experto en neurociencias a dar una conferencia en Montessori de Metepec, nos contó cómo las escuelas tradicionales fallan al brindar herramientas que servirán a los niños a futuro. Las escuelas Montessori, a cambio, ofrecen la posibilidad de adaptarse a su entorno, de ser tolerantes, de aprender labores de casa como saber cocinar, limpiar, reparar, fomentan, aprender a resolver problemas reales, a ser flexibles, entre otras.
- Límites: hay 3 premisas en Montessori: nadie me puede ofender, no puedo ofender a nadie y respeto el entorno y ambiente donde me encuentro.
Una escuela, fielmente apegada al Método Montessori, trabaja de la manera descrita, respetando a cada niño, acompañándolo a través del amor.
Escrito por Verónica Romero, miembro de Montessori de Metepec. Todos los derechos reservados.